Por todos es sabido que el año 2020 no ha sido el año del turismo y eso nos ha perjudicado a todos los que vivimos de ese sector, tanto directa como indirectamente; sin embargo, hay que sacar lo positivo a todo, o al menos intentarlo. Y, por ejemplo, una cosa positiva es el poder disfrutar de la ciudad de Barcelona sin tanta cantidad de extranjeros, lo que nos permite fijarnos en lugares y detalles que antes no alcanzábamos a ver.
Y esto se ve muy reflejado en las conocidas Ramblas de Barcelona. Para aquellos que vivimos en Barcelona durante todo el año, pasear por ellas a partir de Semana Santa es misión imposible, puesto que los pisos turísticos, los restaurantes de mala calidad y los cruceros copan la avenida y sus aledaños. Y es una verdadera pena ya que guarda lugares con gran historia y que no sabemos o podemos apreciar. Por ello, con este articulo pretendo “abrir los ojos” a aquellos que me leen sobre este increíble paseo para que pueda ser disfrutado como se merece.
Antes de exponeros la Rambla nos gustaría hacer especial mención a los Amics de la Rambla, una asociación que cuenta con mas de 50 años de historia y que lo que pretende es liderar la promoción y la regeneración del paseo con campañas en defensa de los intereses de vecinos y comerciantes. Es decir, ofrecen una serie de propuestas como diversificar la oferta comercial, conseguir el equilibrio entre una Rambla habitable y una Rambla visitable, recuperar el tejido vecinal que ha desaparecido… entre otras, para reactivar de nuevo esta preciosa zona. Os invitamos a que visitéis su pagina web (https://www.amicsdelarambla.cat/) ya que consideramos imprescindibles este tipo de acciones para que no se pierda, en este caso, la esencia y la historia de la Rambla de Barcelona.
Fuente de Canaletas
Para los que no hemos nacido en Barcelona, nos imaginamos la fuente de Canaletas, donde se celebran los triunfos del F.C Barcelona como la fuente de Cibeles o Neptuno… ¡pero nada más lejos de la realidad! Son varios los turistas que van en busca de esta pequeña fuente y se la pasan de largo ya que no se imaginan que será una pequeña fuente, en un lateral del paseo, entre árboles y farolas, es más, la propia fuente es también farola. Su nombre proviene del medievo, seguramente de las múltiples canalizaciones que salían desde la antigua muralla medieval. Por supuesto, esta no es la Canaletas original, sino una construida en 1892. Y os preguntareis, ¿por qué el Barça celebra allí sus victorias? Pues bien, en los años 30 existía el diario deportivo La Rambla justo enfrente de esta fuente, y estos eran los encargados de informar sobre los resultados colgando una pizarra en la entrada con los resultados de los partidos. Por lo que las reuniones de los aficionados al Barça eran constantes.


Farmacia Nadal
Poco se sabe de la antigua farmacia Maso Arumi. Conserva gran parte de la decoración original de 1918, con un estilo novecentista donde se mezcla la cerámica con los serigrafiados y esculturas varias.
Este y otros negocios dela época los podéis disfrutar de una iniciativa del Ayuntamiento como es el proyecto «Comercios Emblemáticos de Barcelona», una herramienta para proteger y promocionar las actividades comerciales de toda la vida y que forman parte de la identidad del paisaje urbano.

Real Academia de Ciencias y Artes
¿Os suena el arquitecto Jose Doménech i Montaner? Pues bien, este provenía de una familia de arquitectos y fue su propio padre quien construyó este edificio en 1894. La academia contiene una biblioteca con más de cien mil volúmenes, considerada una de las más importantes de España.
Además de la biblioteca, su interior alberga gran cantidad de piezas históricas como el reloj astronómico de Albert Billeter, ganador de la Medalla de Oro en la Expo de 1888, así como la cámara daguerreotipica con la que se hizo la primera fotografía en España.


Es posible visitarla de forma guiada los miércoles, a las 11:30. La entrada dura unos 50 minutos y cuesta 8 euros
Iglesia de Belen
¿Hay una iglesia en medio de las Ramblas? ¡Pues sí! A simple vista puede parecernos un edificio más ya que únicamente se ve uno de sus laterales, pero es una iglesia que conserva su fachada barroca tras un incendio en 1936, uno de los tantos a los que se ha tenido que enfrentar este edificio. Hasta esta década fue un lugar de gran importancia al ser sede del colegio mayor de la Universidad de Barcelona, además de la primera casa de los jesuitas en Cataluña desde el siglo XVI. Cierto es que su interior no merece la pena pero estamos seguros que no os esperáis encontrar una fachada tan barroca en plena Rambla de Barcelona



Palau Moja
Este palacio es la viva imagen de la alta burguesía de Barcelona de los siglos XVIII y XIX ya que, además de ser vivienda, se convirtió en un punto de encuentro de la alta sociedad de la época. Encargado por el marqués de Moja a finales del siglo XVIII, tenéis que imaginaros que, en esos años aun la Rambla era un arroyo que comenzaba a urbanizarse. Años después, el marqués de Comillas lo compraría y lo adecuaría al gusto de la época. Hoy en día es sede de la Dirección General del Patrimonio Cultural y también es lugar de encuentro para los turistas ya que una parte del palacio es punto de información. Lamentablemente, es un lugar bastante complicado de visitar, únicamente abierto cuando se celebran exposiciones o bajo cita previa. Si tenéis la oportunidad de entrar, podréis observar unos salones propios de palacios aristocráticos, barrocos y neoclásicos, con frescos en sus techos y decoraciones en sus paredes.



Fuente Portaferrisa
¿Sabíais que antiguamente Barcelona estaba rodeada de murallas? Pues bien, esta es una de las huellas de ese pasado amurallado. Había varias puertas en ella y Porta Ferrissa (puerta de Hierro) era una de las situadas en la segunda muralla del siglo XIII. Su nombre deriva de las barras de hierro que decoraban este portal. Esta fuente, construida en 1680 y que debería estar enfrente de la Iglesia de Belen, tuvo gran relevancia ya que durante siglos no hubo suministro de agua en las casas y, gracias a esta y otras fuentes, no había que salir de la muralla para ir a buscar agua.
A su vez veréis que la fuente tiene un mosaico del siglo XX. En él se representa la vida diaria de la Barcelona del siglo XVIII, así como su gran actividad comercial y un relato histórico de la fuente.



Palau de la Virreina
De nuevo avanzamos hacia el siglo XVIII, uno de los siglos de oro de Barcelona. Y, de nuevo, la construcción de un palacio por parte de un marqués, el de Castellbell, quien, tras convertirse en virrey de Perú, volvió a la ciudad con una gran fortuna y decidió construirse su pequeña casita. Poco lo pudo disfrutar el virrey, pero no así su esposa, la virreina, quien da nombre a este palacio.
Realmente es un edificio que destaca bastante durante nuestro paseo por las Ramblas gracias a su imponente fachada, de piedra de Montjuic y de Santanyi y con su entrada sobre un patio interior. Afortunadamente, este palacio lo podemos disfrutar prácticamente todos los días del año ya que desde 2008 es el Centro de la Imagen, es decir, que mas allá de ser un centro de exposiciones, trabaja para fomentar nuevas experiencias culturales relacionadas con la imagen.



Unicamente cierra los lunes y la entrada es gratuita para cualquiera de sus exposiciones
Mercado de San Jose / La Boqueria
El año pasado, el 2020 fue su 180 aniversario y, lamentablemente, se pudo disfrutar muy poco. Realmente es quizás el mercado menos disfrutado y visitado por los propios barceloneses, a pesar de ser el más grande de Cataluña con sus más de 300 puestos. El origen de este mercado no es otro sino un mercado al aire libre fuera de las murallas de la ciudad donde vendedores ambulantes y labradores de pueblos cercanos pretendían vender sus productos ahorrándose el impuesto de entrada de mercancías. Pero ojo, a pesar de ser un mercado al aire libre, tenia sus sectores bien diferenciados según el producto que se vendía. Lo que hoy conocemos como la Boqueria, con su cubierta metálica, fue inaugurado en 1914.



¿Y nunca os habéis preguntado por qué están las Ramblas llenas de puestos de flores? Pues bien, proviene del propio mercado ya que los vendedores solían regalar una flor por cada compra.


Y la siguiente pregunta es: ¿de dónde viene el nombre de la Boqueria? En esos años de venta extramuros, de los primeras mercancías que se vendía era carne de cabrón, BOC en catalán.
Casa Bruno Cuadros
¿Cansados del barroco y del neoclásico? ¡Pues vamos al estilo oriental! Porque sí, en la Rambla también vais a encontrar un edificio próximo al modernismo, con bellas e inesperadas decoraciones. Se acercaba la Exposición Universal de 1888 cuando Vilaseca se encargó de reformar el edificio de la Casa Bruno Cuadros y la tienda de paraguas que había en los bajos. Así, podremos encontrar referencias egipcias en los balcones, vidrieras que recuerdan sombrillas, abanicos de hierro fundido, cristales pintados y pinturas con personajes extraídos de láminas japonesas y, para rematar, un gran dragón chino de hierro forjado que sobresale de la fachada.




Lamentablemente, la antigua tienda de paraguas ya ha desaparecido y hoy se ubica en sus bajos una sucursal de banco.
Pavimento Miró
No todo es mirar a izquierda y derecha. A veces también tenemos que mirar al suelo y esta es una de esas veces. Enfrente del Liceu encontramos una de las obras de Joan Miro. Y digo una de las obras porque realmente su encargo fue solamente para el Aeropuerto de Barcelona; sin embargo, el artista quiso añadir dos obras para recibir a los visitantes: tierra, mar y aire. De esta forma, el mural del aeropuerto correspondería al aire, la Mujer y Pájaro a la tierra y para el mar seria este pavimento. Es un mural cuya forma es de circulo cerrado donde se puede percibir una flecha en dirección ascendente, indicando al visitante el camino para adentrarse en la ciudad.


Miró además quiso que su mosaico fuera de pavimento para que todo el mundo pudiera pasar a través de él; sin embargo, ha sufrido un par de restauraciones ya que el ir y venir de millones de barceloneses y turistas hace mella en sus baldosas, que a veces terminan por desaparecer del asfalto.
Gran teatre del Liceu
Construido en 1837 es el teatro más antiguo y activo de Barcelona, además de ser uno de los más importantes de Europa. El Liceu fue levantado, no por la monarquía como los grandes teatros de ópera europeos, sino gracias a aportaciones particulares. Su público era muy diverso: desde las grandes familias de la burguesía y aristocracia local en los palcos y la platea hasta la clase trabajadora en el quinto piso, la parte más superior; sin embargo, el Liceu era escenario de fiestas y espectáculos de la más alta nobleza, con bailes de máscaras y diversas exhibiciones de riqueza. Por ello, a finales del siglo XIX se convirtió en el punto de mira del proletariado revolucionado quienes decían luchar contra las clases dominantes. Así, en 1983 el anarquista Santiago Salvador tiró dos bombas en el patio de butacas mientras se celebraba la función inaugural de la temporada. Unicamente estallo una, pero provocó 20 víctimas mortales y graves daños en la estructura.
No sería esta la última desgracia del teatro. El 31 de enero de 1994, mientras unos operarios trabajaban en la reparación del teatro, las chispas de uno de sus sopletes incendiaron el cortinaje del escenario, siendo el inicio de un fuego incontrolable. Este incendio supuso una gran conmoción para la sociedad catalana y, gracias al apoyo de instituciones, donaciones particulares y patrocinios, pudo ser reconstruido en tan solo 5 años, finalizando en 1999.
Algunas zonas se salvaron de estas llamas, como el vestíbulo principal, con un estilo ecléctico, mezclando el renacimiento y el neoclásico, destacando su escalera central de mármol.





Lamentablemente y debido al Covid-19 desde marzo no se pueden hacer visitas y únicamente puede ser visitado si vais a sus conciertos, y aun así, muchos han sido suspendidos. Eso sí, en cuanto abra de nuevo para visitas, no dudéis en entrar.
Si nada cambia, la visita tendrá que ser guiada. Una visita que dura 1 hora y cuyo precio es de 19 euros.
Palau Güell
Y dejamos para lo último el edificio que para nosotros es el más importante, el más escondido y quizás el más desconocido de toda la Rambla. El Palau Güell es un perfecto ejemplo de la arquitectura doméstica y uno de los primeros encargos importantes que recibió Gaudí, por lo que podemos ver los inicios de su carrera reflejados en este edificio. Forma parte de la estrecha alianza entre las familias Güell y Gaudí.
Bien es sabido que la familia Güell era rica, adinerada y afamada en la Barcelona del siglo XIX. Tras heredar este edificio y comprar los terrenos de alrededor, Gaudí construyó un edifico funcional adaptado a las necesidades de la intensa vida social y cultural de la familia. Podremos encontrar ya sus materiales típicos posteriores como el vidrio, la cerámica y el hierro forjado así como sus estructuras, arcos catenarios, referencias vegetales… Y por último, además de sus salones y habitaciones están las chimeneas de trencadis, un magnífico boceto de lo que posteriormente sería la azotea de La Pedrera.
Inaugurado al mismo tiempo que la Exposición Universal de 1888, fue nombrado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1984, es una obra imprescindible para entender los comienzos de Gaudí así como sus posteriores obras.
Abre en horarios puntuales, segun sea invierno o verano. Su visita no tiene porque ser guiada y cuesta alrededor de los 5 euros





Como vemos, las Ramblas de Barcelona es una calle con personalidad e identidad que forma parte del imaginario colectivo de la ciudad. Sin embargo, este hecho es uno de los principales factores que contribuyen a su turistización y al desplazamiento de las actividades que en ella se realizaban. Es por ello, que en el contexto actual consideramos que se trata de una buena ocasión para redescubrir los diferentes espacios, edificios y elementos arquitectónicos que enriquecen una de las calles más transitadas del mundo.
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